Capítulo 6

A la mañana siguiente prendí mi laptop y respondí:
Jason:
Tú me dijiste muchas cosas aquel día que me hicieron daño, yo ya hice mi vida SIN TI y sería peor para mi si quedamos solo como amigos…tú querías que yo no sufriera y acabas de hacer que lo haga…
Claire
Seguro que piensan que fui muy dura con él, pero es verdad, NO PUEDE aparecer como si no hubiera pasado nada. Él quería que yo no sufriera, y mandándome ese e-mail está logrando que lo haga. Una lágrima empezó a deslizarse por mi mejilla, pero en cuanto me di cuenta, la sequé con rapidez. No quería llorar con nada que tenga que ver con Jason, pero era difícil resistirme. Me tiré en mi cama, tratando de aguantarme todo esto, no pude ma y empecé a llorar. Estuve así durante mas o menos una hora. Estaba cansada, sola y mamá había ido a trabajar… “ring, ring, ring”. Estaba sonando mi celular.
- Aló?
- Hola Claire, soy David.
- Ah... hola David.
- Estas llorando? – me preguntó con curiosidad y preocupación.
Me aclaré la garganta – este no, por qué preguntas?
- Es que… parecía
- Bueno… no lo tomes a mal pero, por qué llamaste?
- Dejaste la canasta en mi carro ayer.
- Ah… cierto… entonces paso a recogerla, qué te parece a las 2?
- Genial, nos vemos… Chau.
David no quería que nada me pasara, pero él no podía evitar que otras personas como… Jason me dañaran. Traté de calmarme y empecé a ordenar mi cama. Noté que mi estómago pedía comida, eran las 11 y con todo lo del e-mail, no había bajado a tomar desayuno. Decidí bajar y tomar algo. Bajé lentamente las escaleras y llegué a la cocinas, sana y salva. Abrí el refrigerador y saqué un envase de yogurt de fresa. Me lo serví en un vaso y lo tomé muy despacio. Curiosamente no estaba pensando en NADA, literalmente tenía la mente en blanco. El tiempo pasó volando y al mirar el reloj ya era la 1:30. En ese momento me di cuenta que seguía con pijama, por lo que deje el vaso en el lavadero y subí para cambiarme. Me puse un short jean y un polo manga corta verde. Cuando ya había terminado de cambiarme ya eran las 2; agarré las llaves de mi casa y caminé hasta la casa de David, por suerte estaba cerca. Toqué el timbre y me abrió David.
- Hola Claire – me saludó.
- Hola David.
- La canasta está arriba, pasa – dijo abriendo la puerta.
- Gracias – respondí nerviosa.
Conocía lo suficiente su casa como para saber dónde era su habitación. Entré a su casa, saludé a sus padres que estaban en la salita y subí las escaleras corriendo… GRAN ERROR, resbalé y caí para atrás. Por suerte mía David me agarró antes de golpearme contra el piso.
-Claire, ten más cuidado… porfavor.
- Gracias por agarrarme – dije un poco avergonzada.
- Tu sabes que no dejaré que nada te pase- suspiré.
- Si, lo sé…. gracias.
- No hay de qué – dijo mostrando una sonrisa.
Me agarró de la mano subimos hasta su cuarto. Nos pasamos horas hablando y bromeando, junto a él, el tiempo era lo de menos, hacíamos tonterías, contábamos chistes…
- Sólo amigos? – preguntó David, haciendo la situación un poco incómoda.
- Supongo – respondí – sabes… creo que ya me tengo que ir a mi casa.
-Pero no te quedarás a almorzar?
- No, no te preocupes, almorzaré en mi casa.

Bajamos las escaleras y me despedí de sus padres.
- Claire, por qué no te quedas a almorzar? – me preguntó la mamá de David.
- Em,… bueno – no podía rechazar a su mamá. David me miró con cara de resentimiento… me mordí el labio, “Ups” pensé.

Almorzamos tallarines con salsa roja, y un poco de helado chocochips como postre.
- Gracias por la compañía, Claire – me dijo su papá.
-No, gracias a ustedes por este riquísimo almuerzo... voy a ir arriba para recoger la canasta.
Subí hacia la habitación de David. Vi la canasta y empecé a caminar hacia ella, pero me tropecé con “algo” en el camino, voltee a ver qué era. Era un peluche sosteniendo un corazón. De repente sonó el celular de David, entonces contesté.
- Aló? – contesté.
-Sí, David?
- Em, no, con quién hablo?
-Con Kate y tú QUIÉN ERES?
-Soy Claire.
- Ah… Claire, espera tú qué haces con el celular de mi novio?
- TU NOVIO? – me aclaré la garganta – perdón en este momento te lo paso.
Bajé las escaleras y me encontré con David a mitad de camino.
- Es tu… tu… - tomé un buen trago de aire – tu novia – dije dándole el celular.
- Claire… - dijo David,puse mi dedo en su boca, callándolo.
- Habla con ella – le insistí. Él me miró, cogió el teléfono y contestó.

-Aló? Kate, ahora no es momento. Te llamo más tarde, Chau. – colgó y se quedó mirándome.
-No es forma de tratar a tu novia – al decir esto… una lágrima resbaló. David me la quiso limpiar pero yo lo hice más rápido.
- Chau David – le dije con una sonrisa fingida. Bajé las escaleras y salí de su casa… empecé a correr. Llegué a mi casa y me aguanté las ganas de llorar. Además por qué lloraría si David y yo nunca fuimos más que mejores amigos. Prendí mi laptop y vi que Jason me había respondido.

Claire:
Si es tu decisión no te molestaré más, te juro que no te mandaré más mensajes. Espero que te vaya bien, nunca te olvidaré.
Te quiero, Jason

Apagué la laptop y decidí ir a pasear. Llegué a un parque y me senté en una banca, en donde me puse los audífonos y empecé a escuchar música… me relajaba bastante.
Pasó un rato y ya estaba oscureciendo, entonces volví hacia mi casa… cambié de emisora de radio y estaba dando una canción muy triste, la cambié inmediatamente y mi cel empezó a timbrar. Era mamá preguntándome dónde estaba y si podía ir a comprar algo para tomar lonche, le dije que sí y me encaminé hacia la tienda que encontré más cerca. Compré 2 panes, una empanada para mí y periódico. Volviendo a mi casa, se me cayó el periódico y una persona que justo pasaba por ahí me ayudó a recogerlo. Era un chico de mi edad, medio alto con ojos verdes y cabello castaño.
- Gracias por ayudarme.
-No hay de qué, soy Nicolás, me acabo de mudar y tu eres…
- Claire, mucho gusto, bueno ya me tengo que ir, mi mamá debe estar esperándome.
- Bueno chau… el gusto es mío – me guiñó un ojo y yo le sonreí.
Me fui a mi casa y tomé loche junto a mi mamá. Después le di las buenas noches, subí a mi habitación y saqué mi pijama. Cogí una toalla y me metí a la ducha, salí y me cambié, me lavé los dientes y después me dormí.